Una chica estadounidense llega a pasar el verano con sus primos en apartada comunidad inglesa. Sus primos son unos salvajes, libres, locos y desordenados, descuidados por su madre que está ocupada con su trabajo. La adolescente deberá lidiar con los problemas propios de los peces fuera del agua además de los constantes reproches que se hace así misma... en medio de la Tercera Guerra Mundial. No he leído la novela, ni buscado en la Wikipedia, pero parece la Tercera Guerra Mundial. No abundan mucho en los acontecimientos de manera puntual y eso me gusta. Los espectadores tenemos la misma visión y conocimientos escasos de lo que pasa allá afuera, compartimos la visión de los personajes. Siempre me he resultado interesante las historias en corto. Los dramas locales que se generan en los marginales de la Historia Universal.

Daisy deberá de adaptarse a un mundo para el que piensa que no está hecha. Un dispositivo nuclear ha estallado y todo se ha venido abajo. Se queda sola con sus sobrinos, deberá de hacerse responsable de ello de alguna manera, esa súbita responsabilidad y el naciente amor por el mayor de los hermanos la hacen rechazar el rescate que le ofrece la embajada estadounidense. Decide quedarse. Las cosas, como es de esperarse, continúan empeorando. Los recurso naturales de han contaminado, no hay energía eléctrica y comienzan a evacuar la zona en la que se encuentran. Deciden continuar su vida, libres y locos. Al fin la fuerza del gobierno los alcanza y separa. Hay granjas de trabajo forzado y colectivo, son llevados a familias sustitutas y reclutados por fuerzas militares autoritarias. ¿Cómo conservar la esperanza en un mundo así?
El amor todo lo puede, puede hacer que tomemos las decisiones equivocadas o las correctas según se vea. De eso se trata la película. De la esperanza, el heroísmo y de no perder la fe. Tiene un final feliz que no desentona con la trama, después de todo es lo que uno espera, que les vaya bien a los personajes, ¿no?

Es una bueno opción de película romántica adolescente.